Cáncer de testículo: un tema serio para hombres jóvenes

El cáncer de testículo no es de los más comunes, pero sí uno de los más importantes, porque afecta principalmente a hombres jóvenes, entre los 15 y los 40 años. Justo en la etapa en la que muchos están estudiando, trabajando, formando una familia o disfrutando de su mejor momento físico y personal.

La buena noticia es que, si se detecta a tiempo, es uno de los cánceres con mayor probabilidad de curación, incluso cuando ya se ha extendido fuera del testículo.

¿Cómo se detecta?

El cáncer de testículo suele comenzar como una bolita o bulto duro e indoloro en uno de los testículos. A veces también hay una sensación de pesadez en el escroto, molestia en la ingle o un cambio en el tamaño del testículo. Es raro que cause dolor fuerte al inicio, por eso es importante no ignorar los cambios, aunque no duelan.

La mejor herramienta para detectar cualquier cambio a tiempo es algo tan simple como la autoexploración testicular, que consiste en palparse los testículos con las manos una vez al mes, de preferencia después del baño, cuando la piel del escroto está más relajada. Si notas algo diferente, lo mejor es acudir con el médico, sin miedo ni pena.

¿Qué estudios se hacen?

Cuando un hombre llega al consultorio con una sospecha de cáncer de testículo, el médico puede indicar:

  • Ultrasonido testicular, que es un estudio sencillo e indoloro para observar el interior del testículo.
  • Análisis de sangre, en donde se miden unas sustancias llamadas marcadores tumorales que pueden ayudar a saber si hay un tumor, de qué tipo podría ser y cómo evoluciona.

¿Qué hace el patólogo?

Una vez que se decide quitar el testículo enfermo (esto se llama orquiectomía), el tejido se manda a estudiar al laboratorio de patología. Ahí es donde entramos nosotros, los patólogos, que somos médicos especialistas en analizar las muestras al microscopio.

Con técnicas especiales, como la inmunohistoquímica —que nos permite marcar ciertas proteínas dentro de las células tumorales— podemos saber exactamente qué tipo de tumor es. Esto es clave para decidir el tratamiento. Por ejemplo, hay tumores llamados seminomas que suelen tener buen pronóstico, y otros más complejos como los tumores mixtos o no seminomatosos que pueden requerir tratamientos distintos.

Gracias a estos estudios tan detallados, los oncólogos y urólogos pueden decidir el mejor tratamiento: si solo necesita vigilancia, si hay que dar quimioterapia o si es necesario operar otra vez.

Un diagnóstico integral salva vidas

El diagnóstico final del cáncer de testículo es el resultado de un trabajo en equipo entre el médico que lo detecta, el radiólogo que hace los estudios, el químico del laboratorio clínico, el patólogo y el oncólogo que indica el tratamiento. Todos trabajamos para lo más importante: darle al paciente un diagnóstico claro, rápido y certero.

Y lo más importante de todo: si se detecta a tiempo, el cáncer de testículo tiene cura en la gran mayoría de los casos. Por eso, como médica y mujer preocupada por la salud de los hombres, invito a padres, hermanos, hijos y parejas a hacerse responsables de su cuerpo y de su salud.

Hablar de testículos no debe ser un tabú. La prevención empieza por conocerse, explorarse y, ante cualquier duda, consultar a un especialista. En Pathogen, cada muestra que recibimos representa la historia de una persona que merece atención y esperanza.

Comparte este artículo:

Posts Relacionados

This Headline Grabs Visitors’ Attention

A short description introducing your business and the services to visitors.

Pathogen © 2024. Todos los derechos reservados. Sitio web diseñado y desarrollado por Zero Absoluto.