Verano, sol… ¿y cáncer de piel?

Llega el verano, y con él los días largos, las actividades al aire libre, los paseos y las ganas de estar bajo el sol. Pero también es la época ideal para hablar de nuestra piel y cómo protegerla, especialmente de un enemigo silencioso: el carcinoma basocelular, el tipo de cáncer de piel más común en el mundo.

Este tipo de cáncer aparece sobre todo en zonas expuestas al sol, como la cara, la nariz, las mejillas, la frente y las orejas. Afecta especialmente a personas de edad avanzada, y muchas veces pasa desapercibido porque no da dolor ni síntomas llamativos al inicio. Por eso, es muy importante que las personas especialmente los adultos mayores revisen su rostro o que sus familiares los ayuden a hacerlo, ya que ellos mismos a veces no notan los cambios.

¿Por qué se produce?

La causa principal es clara: la exposición acumulada al sol a lo largo de la vida. El daño que la piel sufre desde joven, incluso desde la infancia va dejando huella, y con los años puede transformarse en una lesión maligna.

Aunque el carcinoma basocelular no suele hacer metástasis, sí puede crecer y dañar tejidos cercanos, desfigurando zonas delicadas del rostro como los párpados, la nariz o los labios. Detectarlo a tiempo puede evitar una cirugía mayor o complicaciones.

¿Cómo puedo protegerme?

En el verano y durante todo el año, es clave:

  • Usar protector solar todos los días, aunque esté nublado.
  • Reaplicarlo cada 3-4 horas si estás en exteriores.
  • Usar sombreros de ala ancha, gafas y ropa que cubra brazos y cuello.
  • Evitar el sol directo entre las 10 a. m. y las 4 p. m., cuando los rayos son más fuertes.
  • Enseñar a los niños a proteger su piel desde ahora.

¿Qué debo vigilar en la piel?

Presta atención si tú o algún familiar tiene:

  • Un granito o bolita brillante que crece lentamente.
  • Una costra que no sana y sangra con facilidad.
  • Una herida que parece mejorar y luego vuelve a abrirse.
  • Una manchita rosada o translúcida, con bordes brillosos.
  • Una lesión que lleva semanas o meses sin desaparecer.

Si algo no luce normal o lleva tiempo sin curarse, lo mejor es acudir con un dermatólogo. Él podrá revisar con lupa la lesión y, si es necesario, tomar una pequeña biopsia. El diagnóstico final lo da el patólogo, quien analiza el tejido bajo el microscopio.

¿Y si resulta cáncer?

No te asustes. El carcinoma basocelular tiene tratamiento y buen pronóstico si se detecta a tiempo. En la mayoría de los casos, se extirpa completamente con cirugía y no vuelve a aparecer.

Este verano, no solo busques sombra… busca también conciencia. 

Y si tienes dudas, consulta a tu dermatólogo de confianza. Ellos son los especialistas en cuidar tu piel.

Y recuerda: Todas las biopsias o lesiones de piel que se deseen extirpar deben ser estudiadas, acude a  Pathogen Laboratorio de Patología.

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